ENSAYO DEL PARADIGMA POSITIVISTA
EXPONENTE: AUGUSTO JAVIER COMTE
PARTICIPANTE: JESUS FUENTES CIN°3.337.860
Introducción
Reseña Histórica
Definición
del Positivismo
Características
del Positivismo
Antecedentes
del Positivismo
Postura del
Positivismo
Bibliografía
Introducción.
El tema trata de
una corriente filosófica denominada "Positivismo", enmarcada en un contexto histórico y
filosófico de la historia de la
humanidad, que surgió en el siglo XIX, en contraposición al pensamiento feudalista;
en el cual la Iglesia
y Dios tenían un carácter de
supremacía y la contemplación religiosa y dogmática, eran principios y valores ineludibles
de los individuos de la sociedad.
Esta filosofía acompaña el
nacimiento y afirmación de la organización técnico-industrial de donde se
refundan los principios y valores burgueses; es interesante conocerla y tomar
posición, en tanto que estamos inmersos en una sociedad cuyos integrantes
pugnan por conseguir una forma de vida más equitativa y con una concepción
social de mayor armonía.
Esta investigación nos va a permitir (en forma muy somera)
comparar, comprender y evaluar, con respecto a otras corrientes del pensamiento
humano, la diversidad de criterios ideológicos y racionales, que puedan privar
de manera subyacente algunas veces y otras con una marcada imposición cultural,
en las sociedades a
través de la historia Los criterios utilizados para su selección con
todos los contenidos tienen explicaciones conexas con la esencia de esta teoría del
pensamiento positivista decimonónico, que aun dos siglos después se mantiene
vigente en gran parte del mundo. Quedará de nuestra iniciativa y albedrío
seguir indagando sobre los problemas filosóficos
que circundan esta teoría del conocimiento.
Reseña
Histórica.
Hace más de dos siglos
nació en Montpellier, Francia,
Isidoro Augusto María Francisco Javier Comte, el 18 de Enero del 1798, en el seno de una familia humilde
de un funcionario menor. Desde muy chico fue reacio a la religión católica
tradicional y también rechazaba las doctrinas monárquicas. Desde joven demostró
excelentes habilidades matemáticas (siendo
tan solo un adolescente de 16 años enseñaba a otros coetáneos suyos); luego
ingresa a la elitista Escuela Politécnica,
en la capital francesa
(1814-1816), y fue expulsado con otros estudiantes al participar en un revuelta
al proporcionar una calurosa bienvenida a Napoleón Bonaparte,
a raíz de la Batalla de los Cien días, acusándosele de republicanismo e
indisciplina. Regresa a su ciudad natal y cursa medicina;
va de nuevo a París para seguir sus estudios, haciendo traducciones mientras
tanto para subsistir. Por el año de 1817 conoce al teórico socialista Claude
Henri de Rouvoy, Conde de Saint-Simón,
de quien sería, un año después, secretario y colaborador hasta el año 1824,
cuando rompen por diferencias de criterios ideológicos; sin embargo las ideas
reformadoras de Saint-Simón dejarían
su huella en Comte, lo cual se nota en algunas de sus obras.
A partir de ese
momento dedica su vida a estructurar un pensamiento particular, procurando
ganar adeptos en su entorno social. Durante dos años se dedica a dar lecciones
privadas para sobrevivir a las condiciones deplorables de vida que tenía a
nivel económico. En el año de 1826 comenzó a dar cursos privados de su
filosofía positiva al público en general pero prominentemente a personas
preclaras en el saber. Desajustes mentales le impiden seguir impartiendo dichos
cursos, que continúa luego de tres años; un año después (1830) sale a la luz el
primer volumen de
su Curso de filosofía positiva (la
obra completa consta de seis tomos y toda su publicación tardó doce años).
Además de los
emolumentos que recibía por los cursos de filosofía que dictaba, también
instruía en Astronomía,
aunado al importe que le podían devengar sus publicaciones, sin embargo, todo
ello era insuficiente para mantener unas condiciones mínimas de vida decorosa,
por lo que acepta el puesto de examinador en la Escuela Politécnica, donde
había estudiado anteriormente, al no lograr ingresar como docente en la universidad.
John Stuart Mill, un amigo suyo, lo beneficiaba con subsidios que recogía
desde Inglaterra.
Una infeliz unión conyugal terminó, como era de esperar, en separación. Luego,
en 1845, se enamora platónicamente de Clotilde de Vaux, quien fallecería un año
después. Éste efímero amor lo marcó
de tal manera, que el culto a la mujer amada
se reflejó en sus obras posteriores.
En 1842 publicó su Tratado elemental de “geometría analítica”; en 1844 su Tratado filosófico sobre la “astronomía
popular” y su Ensayo
sobre el “espíritu positivo”; de 1851 a 1854. Su “Sistema de política positiva”; en 1854 sale el “Catecismo positivista”; en el 1856, “La síntesis subjetiva
o el sistema universal
de las ideas relativas al estado normal
de la humanidad”. Aun cuando esta gran cantidad de escritos no le granjeó un
escalafón social, si le consiguió cierto renombre, principalmente del célebre
sabio Emile Littré, quien acogió con beneplácito y difundió ampliamente los
preceptos e ideas de este movimiento positivista.
Hacia finales de los 40 se funda la
sociedad positivista. Más personas adoptaban sus ideas filosóficas, llegando a
constituirse casi en una religión irreverente, una especie de culto (no a una
deidad) hacia el hombre histórico: la humanidad, con sus
santos y todo (científicos, pensadores, etc.), lo que Comte observaba con
buenos ojos; sus ritos subsisten todavía en Francia y Brasil. Fue un genio, que literalmente,
rayaba en la demencia, huraño, de arduo trato; tal como son la generalidad de los
pensadores que se toman a pecho el cometido de transformar un orden establecido
en la sociedad, inclusive a nivel global. Muere muy pobre en París, donde vivió
el mayor tiempo de su vida, el 5 de Septiembre de
1857.
Definición
del Positivismo.
El positivismo es una
corriente filosófica que
afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico y que tal
conocimiento solamente puede surgir de la afirmación de
las teorías a
través del método científico. El
positivismo se deriva de la epistemología que
surge en Francia a
inicios del siglo
XIX de la mano del pensador francés Saint-Simón, de Auguste Comte y del
británico John Stuart Mill y se extiende y
desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Uno de sus
principales precursores en los siglos XVI y XVII fue el filósofo, político,
abogado, escritor y canciller de Inglaterra Francis Bacon. Según Marisa
Pineda todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse
únicamente en el marco del análisis de
los hechos reales verificados por la
experiencia.
Esta epistemología surge como manera de
legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual
como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar
científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón
que fue la Revolución Francesa, que obligó por primera vez a ver a la
sociedad y al individuo como objetos de estudio científico. El empirismo
lógico, también denominado positivismo lógico, es una corriente de filosofía de
la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo, alrededor del
grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener
Kreis en alemán).
El Positivismo es la corriente
filosófica del siglo XIX que admite únicamente el método experimental. Esto
recoge parte de la historia del Positivismo en el transcurso del tiempo,
sus verdades plenamente demostradas y rechazadas de todo concepto
universal absoluto. Surgió en Francia en la segunda mitad del siglo XIX, su
nombre proviene del propósito de utilizar para investigación filosófica los
métodos y resultados de la ciencia positiva, al surgir en Francia se difunde
por toda Europa y se convierte en la forma preferida de pensar de filósofos, historiadores,
científicos, literatos, etc.
Hay que distinguir el Positivismo como
doctrina que reduce lo real a lo experimental, del método positivista. El
positivismo como doctrina solo puede darse a condición de que su afirmación
fundamental se contradiga a sí misma, o sea es imposible. En su sentido
más estricto y de acuerdo con su significado histórico, positivismo designa la
doctrina y las escuelas fundadas por Augusto Comte. Esta doctrina comprende no
solo una teoría de la ciencia sino también y muy especialmente una reforma de
la sociedad y una religión.
El filósofo francés Augusto Comte, en
su obra “Curso de Filosofía Positiva” fijó los principios básicos del
positivismo: No existe otro conocimiento que el empírico, el que se funda en
los hechos y formula leyes de coexistencia y lección de fenómenos. No conocemos
los fenómenos sino las apariencias de las cosas. Toda metafísica es un intento
inútil y estéril. Es carente de sentido, la búsqueda de todo lo que se
llama “las causas son primeras o finales”. El único método válido es
el de las ciencias experimentales. La filosofía queda reducida para el
Positivismo a una mera teoría incapaz de dar respuesta científica a los problemas
planteados. Todas las ciencias deben recorrer en su desarrollo tres fases:
Estado Teológico, Provisional y Preparatorio, en que la mente busca las causas
y principios de las cosas; lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él
tres fases: Fetichismo, Politeísmo y Monoteísmo. Este estado, en el que
predomina la imaginación, corresponde, dice Comte a la infancia de la Humanidad.
Estado Metafísico, Crítico y de transición, en que se intenta el explicar la
naturaleza de los seres sin recurrir a agentes sobrenaturales, sino en
identidades abstractas, especie de pubertad histórica. Estado Positivo, del
infinitivo, en que la mente se atiene a las cosas. El positivismo solo busca
hechos y leyes, se ajusta a lo positivo, a lo que está puesto o dado.
Al positivismo,
sus detractores, le critican que sus principios niegan todo lo ideal, abstracto
o metafísico, lo que permite ir más allá de las experiencias. Que trunca
la inteligencia del hombre,
reduciendo la ciencia a
pura nomenclatura,
colección de hechos, observación y formulación, sin ningún espíritu. Asimismo
afirman, quienes mantienen posiciones distintas, que no todas las experiencias
son reales, aun cuando nuestros sentidos así lo aprecien (ilusiones ópticas,
trucos de magia, confusión mental, etc.) y por el contrario, muchos científicos
han llegado a conclusiones concretas utilizando, a veces, la abstracción
y/o métodos no
verificables o "medibles".
Características
del Positivismo.
En general, la ciencia positiva,
se puede caracterizar por:
1.-Empirismo: La experiencia, la
observación de los fenómenos inter-subjetivamente controlables, como fuente de
conocimientos objetivos,
en donde se constituye una actitud científica
relativamente pasiva, moderadamente abierta al experimentalismo, es decir, a la
invención, la provocación, construcción de
experiencias que suponen, en general, técnica, mediante una vigorosa interacción
con la naturaleza.
2.-Descriptivismo: El saber positivo es
fundamentalmente comprobante: una ley sólo es la fórmula general de una regularidad
natural, pues la observación permite comprobar que hasta el presente, un
acontecimiento o un hecho de tipo y sigue siempre a un acontecimiento o un
hecho. La ciencia positivista no pretende tanto explicar los fenómenos
naturales (lo que implica el recurso a la noción discutible de
"causa") como describirlos.
3.-Abanderamiento
antimetafísico: La formulación nomológica
de regularidades fenomenales no va más allá de una hipótesis prudente a
propósito de lo observable. No da intervención a nociones metafísicas relativas
a la naturaleza profunda de las cosas o a sustancias que estén detrás de los
fenómenos o los hechos observables y ni siquiera a la noción de causalidad. El
positivismo es nominalista, rechaza la hipótesis de abstracción o de entidades
no observables empíricamente.
4.-Relativismo: No se puede extrapolar, en
todo caso, sólo con gran prudencia y a modo de hipótesis, ni mucho menos
absolutizar. Nada permite afirmar que en el futuro se verificarán las
regularidades naturales que se ha comprobado hasta ahora, ni que las leyes astronómicas que se han renunciado a partir
de la observación del sistema solar sean válidas más allá de éste.
5.-Pragmatismo: Saber para poder con el fin de proveer. El valor del saber científico, positivo, consiste en
su eficacia y en su utilidad social. Las creencias científicas, aun
cuando, en términos absolutos, no sean más verdaderas que las otras (en el
sentido de conformidad a la naturaleza profunda de las cosas), son, por el
momento, las mejores en lo que concierne a la supervivencia y a la organización de la vida de los hombres en sociedad.
6.-Consensualismo: La organización social y el
mejoramiento de las condiciones de existencia exigen la paz. Ahora bien,
las ciencias que han llegado al estado positivo y se
caracterizan por un método no violento para regular los conflictos de opinión que, en la mentalidad religiosa
y metafísica, son interminables o se dirimen de manera
dogmática y hasta con violencia física. El
espíritu positivo permite regular los diferendos de manera pacífica y
consensuada por todos los que aceptan someterse a la regla de la observación
empírica, objetiva, es decir, repetible y compartida. Lo que ha de poner fin a
las discusiones es la comprobación de los hechos y no la ley del más fuerte ni
del más hábil. Ese consensualismo pacífico es un modelo para regular los conflictos entre los seres humanos.
7.-Estatismo: Es mitigado y se refiere
sobre todo a las ciencias que han llegado al estado positivo, para las cuales
Comte no espera ya ninguna revolución. Estas ciencias se contentan con acrecentar o
precisar un conjunto de leyes del que ya se ha adquirido lo esencial. Por
tanto, todas las transformaciones profundas que ocurran en matemáticas, en
lógica o en física quedan al margen de la perspectiva del positivismo.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX,
el romanticismo que caracterizaba al idealismo alemán comienza a perder vigencia. El
positivismo pretende atenerse a los hechos y toma a la ciencia experimental
como modelo de toda racionalidad. Paradójicamente, muchos positivistas, que
bien pudieran ser considerados románticos, han exaltado a la ciencia y a la
humanidad en su capacidad de producir ciencia. Hay quienes incluso, afirman que
el positivismo es una suerte de "romanticismo de la ciencia". La
forma más antigua de positivismo se
basa en el pensamiento filosófico del francés Augusto Comte.
Es posible que sea él quien mejor represente esa
corriente de pensamiento, tanto que podría ser considerado su fundador; aunque
hay conceptos comunes que también manejan pensadores de la talla de: Bacon,
Hume, Kant y Saint-Simón, entre otros. Hay en esta
filosofía una relación notable con el empirismo, en tanto valoran la información que proviene de la experiencia; pero también
hay una clara diferencia: el positivismo lo considera, sin lugar a dudas,
un realismo (los sentidos toman contacto con la realidad, y las leyes
de la naturaleza expresan con conexiones reales y no simplemente abstracciones
subjetivas).
Para Comte esta
filosofía de vida es una respuesta al pensamiento medieval, que se centraba en
Dios, su intención principal consistía en liberar al hombre de las estorbos
del mito y
la tradición y en este aspecto concordaba parcialmente con Francis Bacon, quien intentó recoger
los primeros resultados de la revolución industrial.
Pero el positivismo fue también un intento para remediar los conflictos
sociales de esa época tan convulsionada. Era necesario para lograr tal reforma
una nueva organización del saber y una nueva epistemología,
que llevase al hombre a una ilustración guiada
por la razón. Comte consideraba necesaria la desaparición de una visión cósmica
tradicional, de corte teológico, en beneficio de la racionalización de todos
los procesos relacionados
con la vida del hombre.
Orden y progreso
Éstas son premisas de la filosofía Comtiana, las
cuales poseen una clara intención de reforma social en el contexto de las
secuelas de la Revolución Francesa. Comte afirma que la reforma de la sociedad
no se puede realizar exitosamente sin una reforma teórica. Contrapone el orden a la revolución, lo cual lo
aproxima a los filósofos del movimiento Restaurador; pero se separa de
ellos a buscar el orden en
el progreso y no de
regreso al pasado.
Ley de
los tres estados
Consiste esta ley que en cada una de nuestras
concepciones principales, cada rama de nuestros conocimientos, pasa
sucesivamente por tres estados teóricos diversos: el estado teológico o ficticio;
el estado metafísico o
abstracto; el estado positivo o
científico. En el estado
teológico, el espíritu humano, la dirige esencialmente sus investigaciones hacia la naturaleza íntima de los seres, las
causas primeras y finales de todos los efectos que percibe, es una palabra,
hacia los conocimientos absolutos, se representa los fenómenos como producidos
por la acción directa y continuada de agentes
sobrenaturales, más o menos numerosos, cuya intervención arbitraria explica
todas las aparentes anomalías del universo.
En el estado metafísico, que no es en el
fondo sino una simple modificación general del primero, se substituyen los
agentes sobrenaturales por fuerzas abstractas. En fin, en el estado positivo, es espíritu humano,
reconociendo la imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar
el origen y el destino del universo y a conocer las causas íntimas de los
fenómenos, para dedicarse únicamente a descubrir, mediante el empleo bien combinado del razonamiento y de la
observación, sus leyes efectivas.
El positivismo ha ejercido una gran influencia en
el pensamiento después del siglo 19 en donde los grandes creadores de la
ciencia natural han transitado por rumbos positivos. En la historia de la cultura Venezolana, el positivismo clásico está
notablemente presente. Se puede hablar de dos generaciones de pensadores
genuinamente positivas. La primera se inicia con Adolfo Ernst (1848-1928) y A.
Rojas (1826-1894). La segunda generación la constituyen los discípulos de Ernst
y de Villavicencio. En la actualidad ya no podemos ser positivistas clásicos,
la experiencia de dos grandes guerras nos han enseñado que el progreso de la
ciencia y la tecnología de por si no hace feliz ni moralmente bien a
nadie. Nuestro problema consiste en la creación de una nueva moral que sea aceptable para la mentalidad
científica y de consenso universal.
Postura del Positivismo
Con
relación a la postura de mi investigación se asumirá el Paradigma del
Positivismo debido a que es una estructura
o sistema de carácter filosófico que está basado en el método experimental y que se
caracteriza por rechazar las creencias universales y las nociones a priori. La
única clase de conocimientos que
resulta válida es el de carácter científico, el cual surge de respaldar las
teorías tras la aplicación del método científico.
El término positivo es una manera especial de filosofar, examinar
las teorías de cualquier orden, es decir, la
filosofía positiva se ocupa del estudio de los fenómenos sociales considerando
los resultados de la actividad de nuestras facultades intelectuales, nos proporciona el
único medio verdadero y racional. La doctrina positivista se interesa por la
reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del
conocimiento científico y a su vez el control y dominio de las fuerzas naturales. Los
componentes principales
del positivismo son la filosofía y el programa en conductas individual y social, la cual se
traduce en una fusión bajo el concepto de una religión, siendo en realidad la humanidad el objeto del
culto.
El positivismo, científicamente, no
admite otros conocimientos como válido, sino los que proceden de la fenomenología, rechazando toda noción
previa y todo concepto total y absoluto. Es la única realidad científica y la
experiencia y la inducción, los métodos exclusivos
de la ciencia. Es una teoría de historia y un intento de construir una teoría
de la sociedad humana, es decir una Sociología. Cada ciencia pasa
inevitablemente por esta fase que de ningún modo hace falta representar como un
conjunto de prejuicios estériles, sino precisamente como la forma embrionaria
del saber.
Por tal
motivo el enfoque epistemológico
adoptado de acuerdo con la naturaleza del objeto de estudio y del estilo de
pensamiento de la investigación se corresponde con la tendencia positivista,
que considera como objeto propio de su estudio los hechos cuyo conocimiento
parte de la percepción por el investigador del objeto en sí mismo. La
investigación se enmarca con una orientación sistemática de búsqueda del
conocimiento con enfoque epistemológico del positivismo lógico y una
metodología de investigación cuantitativa.
El escenario
epistemológico de la producción del conocimiento de esta investigación está
enmarcado en el positivismo; en primer término porque se considera empirista
porque el conocimiento está en función de lo experimentado por el observador en
la realidad ontológica donde se capta la información y los datos que reportan
los sujetos.
Esto lo
sustenta Quintanilla (1976), al señalar que el positivismo es una concepción
determinada según la cual el conocimiento se origina en la experiencia, lo cual
rechaza un conocimiento mediante algún procedimiento especial de intuición. En
segundo término se considera porque se limita a constatar los hechos por medio
de un diagnóstico a usar técnicas de cuantificación para obtener el
conocimiento
En este sentido y basado en la temática de realizar una aproximación teórica
fundamentada en la Responsabilidad Social, bajo el enfoque sistémico para las
pequeñas y medianas empresas, (Pymes), nos permite determinar que dentro de la
tendencia del positivismo podemos ubicar
el contenido y el contexto de nuestra investigación, tal como expresa, Cleri C,
(2007), en donde el contenido social ha surgido como una respuesta a la necesidad
de supervivencia de las Pymes a través del aumento y mejoramiento de la
productividad, contribuyendo al mismo tiempo al logro del desarrollo
sostenible, mediante la elaboración de bienes y servicios que satisfagan las
necesidades humanas y promuevan iniciativas o acciones solidarias con el
entorno.
El modelo
formal contentivo del conocimiento de las variables desde el enfoque
positivista es un procedimiento válido que se sustenta en lo afirmado por
Padrón (2007), respecto a que es la orientación investigativa donde el
predominio de la experiencia se utiliza para comprobar y para determinar los
hechos, lo cual requiere de algunos de los principios del positivismo aplicables
en esta investigación.
BURK I., Filosofía, Ediciones Insula, Caracas-Venezuela 1985
Cleri Car.
(2007). El Libro de las Pymes, Editorial Granica, México. D.F
COMTE A., Curso de Filosofía Positiva, Editorial Aguilar Argentina
S.A., Buenos Aires-Argentina
1973
KOLAKOWTSKI L., Filosofía Positivista,
MARÍN M., El Positivismo y las Ciencias Sociales, Argentina 1998
Padrón, J. (2007)
Epistemología. Temas de Seminario. Niveles Básico y Avanzado
Quintanilla, M.
(1976). Diccionario de Filosofía Contemporánea. Salamanca: Ed.
www.ivic.gob.ve/memoria/bios/ernst_adolfo.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Villavicencio
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