domingo, 26 de julio de 2015

1er ENSAYO PARADIGMA POSITIVISTA

ENSAYO DEL PARADIGMA POSITIVISTA

EXPONENTE: AUGUSTO JAVIER COMTE
PARTICIPANTE: JESUS FUENTES CIN°3.337.860
Introducción
Reseña Histórica
Definición del Positivismo
Características del Positivismo                                              
Antecedentes del Positivismo
Postura del Positivismo
Bibliografía

Introducción.
El tema trata de una corriente filosófica denominada "Positivismo", enmarcada en un contexto histórico y filosófico de la historia de la humanidad, que surgió en el siglo XIX, en contraposición al pensamiento feudalista; en el cual la Iglesia  y Dios tenían un carácter de supremacía y la contemplación religiosa y dogmática, eran principios y valores ineludibles de los individuos de la sociedad. Esta filosofía acompaña el nacimiento y afirmación de la organización técnico-industrial de donde se refundan los principios y valores burgueses; es interesante conocerla y tomar posición, en tanto que estamos inmersos en una sociedad cuyos integrantes pugnan por conseguir una forma de vida más equitativa y con una concepción social de mayor armonía.

Esta investigación nos va a permitir (en forma muy somera) comparar, comprender y evaluar, con respecto a otras corrientes del pensamiento humano, la diversidad de criterios ideológicos y racionales, que puedan privar de manera subyacente algunas veces y otras con una marcada imposición cultural, en las sociedades a través de la historia Los criterios utilizados para su selección con todos los contenidos tienen explicaciones conexas con la esencia de esta teoría del pensamiento positivista decimonónico, que aun dos siglos después se mantiene vigente en gran parte del mundo. Quedará de nuestra iniciativa y albedrío seguir indagando sobre los problemas filosóficos que circundan esta teoría del conocimiento.

Reseña Histórica.

Hace más de dos siglos nació en Montpellier, Francia, Isidoro Augusto María Francisco Javier Comte, el 18 de Enero del 1798, en el seno de una familia humilde de un funcionario menor. Desde muy chico fue reacio a la religión católica tradicional y también rechazaba las doctrinas monárquicas. Desde joven demostró excelentes habilidades matemáticas (siendo tan solo un adolescente de 16 años enseñaba a otros coetáneos suyos); luego ingresa a la elitista Escuela Politécnica, en la capital francesa (1814-1816), y fue expulsado con otros estudiantes al participar en un revuelta al proporcionar una calurosa bienvenida a  Napoleón Bonaparte, a raíz de la Batalla de los Cien días, acusándosele de republicanismo e indisciplina. Regresa a su ciudad natal y cursa medicina; va de nuevo a París para seguir sus estudios, haciendo traducciones mientras tanto para subsistir. Por el año de 1817 conoce al teórico socialista Claude Henri de Rouvoy, Conde de Saint-Simón, de quien sería, un año después, secretario y colaborador hasta el año 1824, cuando rompen por diferencias de criterios ideológicos; sin embargo las ideas reformadoras de Saint-Simón dejarían su huella en Comte, lo cual se nota en algunas de sus obras.

A partir de ese momento dedica su vida a estructurar un pensamiento particular, procurando ganar adeptos en su entorno social. Durante dos años se dedica a dar lecciones privadas para sobrevivir a las condiciones deplorables de vida que tenía a nivel económico. En el año de 1826 comenzó a dar cursos privados de su filosofía positiva al público en general pero prominentemente a personas preclaras en el saber. Desajustes mentales le impiden seguir impartiendo dichos cursos, que continúa luego de tres años; un año después (1830) sale a la luz el primer volumen de su Curso de filosofía positiva (la obra completa consta de seis tomos y toda su publicación tardó doce años).

Además de los emolumentos que recibía por los cursos de filosofía que dictaba, también instruía en Astronomía, aunado al importe que le podían devengar sus publicaciones, sin embargo, todo ello era insuficiente para mantener unas condiciones mínimas de vida decorosa, por lo que acepta el puesto de examinador en la Escuela Politécnica, donde había estudiado anteriormente, al no lograr ingresar como docente en la universidad. John Stuart Mill, un amigo suyo, lo beneficiaba con subsidios que recogía desde Inglaterra. Una infeliz unión conyugal terminó, como era de esperar, en separación. Luego, en 1845, se enamora platónicamente de Clotilde de Vaux, quien fallecería un año después. Éste efímero amor lo marcó de tal manera, que el culto a la mujer amada se reflejó en sus obras posteriores.

En 1842 publicó su Tratado elemental de “geometría analítica”; en 1844 su Tratado filosófico sobre la “astronomía popular” y su Ensayo sobre el “espíritu positivo”; de 1851 a 1854. Su “Sistema de política positiva”; en 1854 sale el “Catecismo positivista”; en el 1856, “La síntesis subjetiva o el sistema universal de las ideas relativas al estado normal de la humanidad”. Aun cuando esta gran cantidad de escritos no le granjeó un escalafón social, si le consiguió cierto renombre, principalmente del célebre sabio Emile Littré, quien acogió con beneplácito y difundió ampliamente los preceptos e ideas de este movimiento positivista.

Hacia finales de los 40 se funda la sociedad positivista. Más personas adoptaban sus ideas filosóficas, llegando a constituirse casi en una religión irreverente, una especie de culto (no a una deidad) hacia el hombre histórico: la humanidad, con sus santos y todo (científicos, pensadores, etc.), lo que Comte observaba con buenos ojos; sus ritos subsisten todavía en Francia y Brasil. Fue un genio, que literalmente, rayaba en la demencia, huraño, de arduo trato; tal como son la generalidad de los pensadores que se toman a pecho el cometido de transformar un orden establecido en la sociedad, inclusive a nivel global. Muere muy pobre en París, donde vivió el mayor tiempo de su vida, el 5 de Septiembre de 1857.

Definición del Positivismo.
            El positivismo es una corriente filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación de las teorías a través del método científico. El positivismo se deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Saint-Simón, de Auguste Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Uno de sus principales precursores en los siglos XVI y XVII fue el filósofo, político, abogado, escritor y canciller de Inglaterra Francis Bacon. Según Marisa Pineda todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia.

Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución Francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico. El empirismo lógico, también denominado positivismo lógico, es una corriente de filosofía de la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo, alrededor del grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán).

El Positivismo es la corriente filosófica del siglo XIX que admite únicamente el método experimental. Esto recoge parte de la historia del Positivismo en el transcurso del tiempo, sus verdades plenamente demostradas y rechazadas de todo concepto universal absoluto. Surgió en Francia en la segunda mitad del siglo XIX, su nombre proviene del propósito de utilizar para investigación filosófica los métodos y resultados de la ciencia positiva, al surgir en Francia se difunde por toda Europa y se convierte en la forma preferida de pensar de filósofos, historiadores, científicos, literatos, etc.

Hay que distinguir el Positivismo como doctrina que reduce lo real a lo experimental, del método positivista. El positivismo como doctrina solo puede darse a condición de que su afirmación fundamental se contradiga a sí misma, o sea es imposible. En su sentido más estricto y de acuerdo con su significado histórico, positivismo designa la doctrina y las escuelas fundadas por Augusto Comte. Esta doctrina comprende no solo una teoría de la ciencia sino también y muy especialmente una reforma de la sociedad y una religión.

El filósofo francés Augusto Comte, en su obra “Curso de Filosofía Positiva” fijó los principios básicos del positivismo: No existe otro conocimiento que el empírico, el que se funda en los hechos y formula leyes de coexistencia y lección de fenómenos. No conocemos los fenómenos sino las apariencias de las cosas. Toda metafísica es un intento inútil y estéril. Es carente de sentido, la búsqueda de todo lo que se llama “las causas son primeras o finales”. El único método válido es el de las ciencias experimentales. La filosofía queda reducida para el Positivismo a una mera teoría incapaz de dar respuesta científica a los problemas planteados. Todas las ciencias deben recorrer en su desarrollo tres fases: Estado Teológico, Provisional y Preparatorio, en que la mente busca las causas y principios de las cosas; lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él tres fases: Fetichismo, Politeísmo y Monoteísmo. Este estado, en el que predomina la imaginación, corresponde, dice Comte a la infancia de la Humanidad. Estado Metafísico, Crítico y de transición, en que se intenta el explicar la naturaleza de los seres sin recurrir a agentes sobrenaturales, sino en identidades abstractas, especie de pubertad histórica. Estado Positivo, del infinitivo, en que la mente se atiene a las cosas. El positivismo solo busca hechos y leyes, se ajusta a lo positivo, a lo que está puesto o dado.

Al positivismo, sus detractores, le critican que sus principios niegan todo lo ideal, abstracto o metafísico, lo que permite ir más allá de las experiencias. Que trunca la inteligencia del hombre, reduciendo la ciencia a pura nomenclatura, colección de hechos, observación y formulación, sin ningún espíritu. Asimismo afirman, quienes mantienen posiciones distintas, que no todas las experiencias son reales, aun cuando nuestros sentidos así lo aprecien (ilusiones ópticas, trucos de magia, confusión mental, etc.) y por el contrario, muchos científicos han llegado a conclusiones concretas utilizando, a veces, la abstracción y/o métodos no verificables o "medibles".


Características del Positivismo.

En general, la ciencia positiva, se puede caracterizar por:

1.-Empirismo: La experiencia, la observación de los fenómenos inter-subjetivamente controlables, como fuente de conocimientos  objetivos, en donde se constituye una actitud científica relativamente pasiva, moderadamente abierta al experimentalismo, es decir, a la invención, la provocación, construcción de experiencias que suponen, en general, técnica, mediante una vigorosa interacción con la naturaleza.

2.-Descriptivismo: El saber positivo es fundamentalmente comprobante: una ley sólo es la fórmula general de una regularidad natural, pues la observación permite comprobar que hasta el presente, un acontecimiento o un hecho de tipo y sigue siempre a un acontecimiento o un hecho. La ciencia positivista no pretende tanto explicar los fenómenos naturales (lo que implica el recurso a la noción discutible de "causa") como describirlos.

3.-Abanderamiento antimetafísico: La formulación nomológica de regularidades fenomenales no va más allá de una hipótesis prudente a propósito de lo observable. No da intervención a nociones metafísicas relativas a la naturaleza profunda de las cosas o a sustancias que estén detrás de los fenómenos o los hechos observables y ni siquiera a la noción de causalidad. El positivismo es nominalista, rechaza la hipótesis de abstracción o de entidades no observables empíricamente.

4.-Relativismo: No se puede extrapolar, en todo caso, sólo con gran prudencia y a modo de hipótesis, ni mucho menos absolutizar. Nada permite afirmar que en el futuro se verificarán las regularidades naturales que se ha comprobado hasta ahora, ni que las leyes astronómicas que se han renunciado a partir de la observación del sistema solar sean válidas más allá de éste.

5.-Pragmatismo: Saber para poder con el fin de proveer. El valor del saber científico, positivo, consiste en su eficacia  y en su utilidad social. Las creencias científicas, aun cuando, en términos absolutos, no sean más verdaderas que las otras (en el sentido de conformidad a la naturaleza profunda de las cosas), son, por el momento, las mejores en lo que concierne a la supervivencia y a la organización de la vida de los hombres en sociedad.

6.-Consensualismo: La organización social y el mejoramiento de las condiciones de existencia exigen la paz. Ahora bien, las ciencias que han llegado al estado positivo y se caracterizan por un método no violento para regular los conflictos de opinión que, en la mentalidad religiosa y metafísica, son interminables o se dirimen de manera dogmática y hasta con violencia física. El espíritu positivo permite regular los diferendos de manera pacífica y consensuada por todos los que aceptan someterse a la regla de la observación empírica, objetiva, es decir, repetible y compartida. Lo que ha de poner fin a las discusiones es la comprobación de los hechos y no la ley del más fuerte ni del más hábil. Ese consensualismo pacífico es un modelo para regular los conflictos entre los seres humanos.

7.-Estatismo: Es mitigado y se refiere sobre todo a las ciencias que han llegado al estado positivo, para las cuales Comte no espera ya ninguna revolución. Estas ciencias se contentan con acrecentar o precisar un conjunto de leyes del que ya se ha adquirido lo esencial. Por tanto, todas las transformaciones profundas que ocurran en matemáticas, en lógica o en física quedan al margen de la perspectiva del positivismo.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el romanticismo que caracterizaba al idealismo alemán comienza a perder vigencia. El positivismo pretende atenerse a los hechos y toma a la ciencia experimental como modelo de toda racionalidad. Paradójicamente, muchos positivistas, que bien pudieran ser considerados románticos, han exaltado a la ciencia y a la humanidad en su capacidad de producir ciencia. Hay quienes incluso, afirman que el positivismo es una suerte de "romanticismo de la ciencia". La forma más antigua de positivismo se basa en el pensamiento filosófico del francés Augusto Comte.

Es posible que sea él quien mejor represente esa corriente de pensamiento, tanto que podría ser considerado su fundador; aunque hay conceptos comunes que también manejan pensadores de la talla de: Bacon, Hume, Kant y Saint-Simón, entre otros. Hay en esta filosofía una relación notable con el empirismo, en tanto valoran la información que proviene de la experiencia; pero también hay una clara diferencia: el positivismo lo considera, sin lugar a dudas, un realismo (los sentidos toman contacto con la realidad, y las leyes de la naturaleza expresan con conexiones reales y no simplemente abstracciones subjetivas).

Para Comte esta filosofía de vida es una respuesta al pensamiento medieval, que se centraba en Dios, su intención principal consistía en liberar al hombre de las estorbos del mito y la tradición y en este aspecto concordaba parcialmente con Francis Bacon, quien intentó recoger los primeros resultados de la revolución industrial. Pero el positivismo fue también un intento para remediar los conflictos sociales de esa época tan convulsionada. Era necesario para lograr tal reforma una nueva organización del saber y una nueva epistemología, que llevase al hombre a una ilustración guiada por la razón. Comte consideraba necesaria la desaparición de una visión cósmica tradicional, de corte teológico, en beneficio de la racionalización de todos los procesos relacionados con la vida del hombre.

Orden y progreso
Éstas son premisas de la filosofía Comtiana, las cuales poseen una clara intención de reforma social en el contexto de las secuelas de la Revolución Francesa. Comte afirma que la reforma de la sociedad no se puede realizar exitosamente sin una reforma teórica. Contrapone el orden a la revolución, lo cual lo aproxima a los filósofos del movimiento Restaurador; pero se separa de ellos a buscar el orden en el progreso y no de regreso al pasado.
Ley de los tres estados
Consiste esta ley que en cada una de nuestras concepciones principales, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diversos: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o abstracto; el estado positivo o científico. En el estado teológico, el espíritu humano, la dirige esencialmente sus investigaciones hacia la naturaleza íntima de los seres, las causas primeras y finales de todos los efectos que percibe, es una palabra, hacia los conocimientos absolutos, se representa los fenómenos como producidos por la acción directa y continuada de agentes sobrenaturales, más o menos numerosos, cuya intervención arbitraria explica todas las aparentes anomalías del universo.

 En el estado metafísico, que no es en el fondo sino una simple modificación general del primero, se substituyen los agentes sobrenaturales por fuerzas abstractas. En fin, en el estado positivo, es espíritu humano, reconociendo la imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el destino del universo y a conocer las causas íntimas de los fenómenos, para dedicarse únicamente a descubrir, mediante el empleo bien combinado del razonamiento y de la observación, sus leyes efectivas.
El positivismo ha ejercido una gran influencia en el pensamiento después del siglo 19 en donde los grandes creadores de la ciencia natural han transitado por rumbos positivos. En la historia de la cultura Venezolana, el positivismo clásico está notablemente presente. Se puede hablar de dos generaciones de pensadores genuinamente positivas. La primera se inicia con Adolfo Ernst (1848-1928) y A. Rojas (1826-1894). La segunda generación la constituyen los discípulos de Ernst y de Villavicencio. En la actualidad ya no podemos ser positivistas clásicos, la experiencia de dos grandes guerras nos han enseñado que el progreso de la ciencia y la tecnología de por si no hace feliz ni moralmente bien a nadie. Nuestro problema consiste en la creación de una nueva moral que sea aceptable para la mentalidad científica y de consenso universal.

Postura del Positivismo

Con relación a la postura de mi investigación se asumirá el Paradigma del Positivismo debido a que es una estructura o sistema de carácter filosófico que está basado en el método experimental y que se caracteriza por rechazar las creencias universales y las nociones a priori. La única clase de conocimientos que resulta válida es el de carácter científico, el cual surge de respaldar las teorías tras la aplicación del método científico.

El término positivo es una manera especial de filosofar, examinar las teorías de cualquier orden, es decir, la filosofía positiva se ocupa del estudio de los fenómenos sociales considerando los resultados de la actividad de nuestras facultades intelectuales, nos proporciona el único medio verdadero y racional. La doctrina positivista se interesa por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico y a su vez el control y dominio de las fuerzas naturales. Los componentes principales del positivismo son la filosofía y el programa en conductas individual y social, la cual se traduce en una fusión bajo el concepto de una religión, siendo en realidad la humanidad el objeto del culto.

El positivismo, científicamente, no admite otros conocimientos como válido, sino los que proceden de la fenomenología, rechazando toda noción previa y todo concepto total y absoluto. Es la única realidad científica y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Es una teoría de historia y un intento de construir una teoría de la sociedad humana, es decir una Sociología. Cada ciencia pasa inevitablemente por esta fase que de ningún modo hace falta representar como un conjunto de prejuicios estériles, sino precisamente como la forma embrionaria del saber.

Por tal motivo el  enfoque epistemológico adoptado de acuerdo con la naturaleza del objeto de estudio y del estilo de pensamiento de la investigación se corresponde con la tendencia positivista, que considera como objeto propio de su estudio los hechos cuyo conocimiento parte de la percepción por el investigador del objeto en sí mismo. La investigación se enmarca con una orientación sistemática de búsqueda del conocimiento con enfoque epistemológico del positivismo lógico y una metodología de investigación cuantitativa.

 El escenario epistemológico de la producción del conocimiento de esta investigación está enmarcado en el positivismo; en primer término porque se considera empirista porque el conocimiento está en función de lo experimentado por el observador en la realidad ontológica donde se capta la información y los datos que reportan los sujetos.
 Esto lo sustenta Quintanilla (1976), al señalar que el positivismo es una concepción determinada según la cual el conocimiento se origina en la experiencia, lo cual rechaza un conocimiento mediante algún procedimiento especial de intuición. En segundo término se considera porque se limita a constatar los hechos por medio de un diagnóstico a usar técnicas de cuantificación para obtener el conocimiento

En este sentido y basado en la temática de realizar una aproximación teórica fundamentada en la Responsabilidad Social, bajo el enfoque sistémico para las pequeñas y medianas empresas, (Pymes), nos permite determinar que dentro de la tendencia del positivismo  podemos ubicar el contenido y el contexto de nuestra investigación, tal como expresa, Cleri C, (2007), en donde el contenido social ha surgido como una respuesta a la necesidad de supervivencia de las Pymes a través del aumento y mejoramiento de la productividad, contribuyendo al mismo tiempo al logro del desarrollo sostenible, mediante la elaboración de bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas y promuevan iniciativas o acciones solidarias con el entorno.

El modelo formal contentivo del conocimiento de las variables desde el enfoque positivista es un procedimiento válido que se sustenta en lo afirmado por Padrón (2007), respecto a que es la orientación investigativa donde el predominio de la experiencia se utiliza para comprobar y para determinar los hechos, lo cual requiere de algunos de los principios del positivismo aplicables en esta investigación.


BURK I., Filosofía, Ediciones Insula, Caracas-Venezuela 1985
Cleri Car. (2007). El Libro de las Pymes, Editorial Granica, México. D.F
COMTE A., Curso de Filosofía Positiva, Editorial Aguilar Argentina S.A., Buenos Aires-Argentina 1973
KOLAKOWTSKI L., Filosofía Positivista,
MARCUSSE H., Razón y Revolución, Editorial Alianza, Madrid-España 19848
MARÍN M., El Positivismo y las Ciencias Sociales, Argentina 1998
Padrón, J. (2007) Epistemología. Temas de Seminario. Niveles Básico y Avanzado
Quintanilla, M. (1976). Diccionario de Filosofía Contemporánea. Salamanca: Ed.
www.ivic.gob.ve/memoria/bios/ernst_adolfo.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Villavicencio
http://www.cibernous.com/autores/comte/teoría/biografía.htm [15/07/2005]

http://www.caminantes.metropoloiglobal.com/web/filosofía/positivismo.htm [18/07/2005]

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